sábado, 18 de junio de 2011

Rojo y negro


Iniciar la lectura de un libro decimonónico es adentrarse, en muchos casos, en un juego de sutilezas; es decir, un entramado de indicios laxos que hacen avanzar la trama a un ritmo pausado, y para disfrutar de la historia hay que amoldarse a él. Un pequeño precio a trueque de una prosa rica que es difícil de encontrar en textos contemporáneos; los cuales han tenido que adaptarse a la evolución constante de la tecnología y las distracciones que ésta conlleva. Rojo y negro cuenta la historia de un joven estudioso que tiene la mala fortuna de nacer en una familia que valora más el trabajo físico; sin embargo, su vida dará un giro drástico cuando acuda al trabajo que le propone el alcalde: preceptor de sus hijos.

Se trata de una intriga que mezcla personajes de distinta índole social y muestra los diferentes resultados de una suma aparentemente contra natura. El alcalde es un personaje al que le gusta cambiar el entorno que le rodea a su antojo, sin dejar de buscar con ello un mayor prestigio, y por eso quiere un preceptor a toda costa; lo que no se espera es que su esposa se verá atraída por ese joven portento vestido de negro que se sabe los pasajes de la biblia de memoria. A partir de ahí, Stendhal desarrolla las distintas situaciones tensas generadas por ambiciones que, viniendo de la clase baja, son una molestia para la sangre egregia. Una novela influenciada por la sociedad imperante de la época.

7 comentarios:

  1. Me gusta haber recuperado tus reseñas... Rojo y Negro fue un libro que leí en mi juventud, del que apenas recuerdo una sensación ahora. Pero recuerdo que fue buena... igual podría recuperarlo ahora.

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. No lo he leído; me lo apunto para cuando me dé un ataque de sed de clásicos.

    P.D: Me alegro de que el "pequeño descanso" fuese pequeño de verdad...

    ResponderEliminar
  3. Gracias por visitar mi calle. Es un buen libro, incluso para releer.

    ¿Os acordáis de Eduardo Mendoza explicando que un buen comienzo era: «La pequeña ciudad de Verriéres...»?, pues es el inicio de éste jeje.

    ResponderEliminar
  4. No lo conocía, tiene buena pinta así que me lo apunto.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Si la vas a leer recuerda acostumbrarte a su ritmo, sobre todo si eres aficionado a las novelas actuales.

    ResponderEliminar
  6. No lo conozco, solo de oidas en cuanto al autor. Pero parece que puede ser interesante.

    ResponderEliminar
  7. Odiealex, si alguna vez la comienzas, ten en cuenta el ritmo lento -propio de la época-, si eso no te importa seguro que te gustará descubrir qué le pasa a ese joven ambicioso.

    ResponderEliminar